Rectángulo Image

Su causa no muere


El lunes iba a venir el Fiscal Nisman al Congreso de la Nación a ampliar las pruebas, y a la mañana de ese día nos encontramos ante un hecho, además de trágico, por el que expresamos nuestra solidaridad con su familia y nuestro pesar por su muerte, un hecho de una gravedad institucional del que creo que los argentinos no tomamos todavía debida conciencia y frente al cual tenemos un compromiso, que es que si murió Nisman no mueran las pruebas.

Es fundamental que se proteja a su equipo y que su trabajo pueda prosperar en términos de lo que muchos ya habíamos denunciado sin contar con las pruebas que sí tenía el Fiscal: que el Memorándum con Irán era encubrimiento. Estábamos por acercarnos a la contundencia de lo que la Justicia independiente pudiera corroborar.
Todos sabemos que el único motivo por el cual Nisman pierde su vida está vinculado a la Causa AMIA. Es decir, no hay ni antecedentes ni otros motivos que puedan explicar sino la investigación de la AMIA; por lo tanto, Nisman es una víctima más.
Por otro lado, quiero recordar que las cintas del atentado a la Embajada de Israel y de la de sede de la AMIA desaparecieron. Desaparecieron pruebas. Por eso, tenemos el compromiso de seguir con esta investigación. Hay una gravísima implicancia política, institucional de un Ejecutivo que hace una semana tenía que responder a la imputación de Nisman; y ahora tiene que explicar una muerte. Se “suicidó” alguien que durante las últimas horas y semanas dio las pruebas de ir de frente, de tener el coraje y el valor de hablar, de presentarse, de no haberse intimidado, que anticipó que estaba siendo amenazado, y fue sugestivamente el día en el que iba a ampliar la información de sus pruebas en el Congreso de la Nación.
Primero, presionaron para que la reunión de la Comisión en el Congreso sea abierta y así no pueda por ley traer las pruebas. Cuando venía al Congreso con evidencias, apareció un suicidio. El Fiscal está muerto, pero no la causa ni las pruebas. Que no desaparezcan.
Hoy la gente está consternada y de alguna manera shockeada, porque nadie puede comprar la hipótesis de un suicidio como si hubiera sido una decisión de esta persona; y mucho menos volver a comprar el relato, ahora adaptado a esta última tragedia.Este es un tercer atentado en la Argentina, atentando porque nos quieren matar de miedo.
El costo de Nisman por enfrentar la verdad fue la muerte. El costo de no enfrentar la verdad ante la muerte de Nisman será, para Argentina, perder la República.
¡Verdad y justicia! ¡Necesitamos saber quién derramó la sangre de Nisman que mancha las manos de aquellos que denunció!
Renovamos en compromiso su lucha, que será a partir de hoy la de todos los argentinos. ¡Su memoria será justicia!
En amistad y bendición
Rabino Sergio Bergman

× HOLA!